Los autores siempre han defendido la necesidad de una interpretación muy abierta de la Transición, donde cada actor, sea individual o colectivo, social o cultural, nacional o foráneo, autonómico o local, tenga su espacio en el paradigma explicativo de forma documentada y ajustada, sin buscar equilibrios artificiales. Por ello, pusieron en marcha un ilusionante proyecto que permitiera contribuir a un mejor conocimiento del proceso democratizador en España. Una labor que, además de profundizar en el ámbito regional o en análisis globales, se ha ocupado del papel de los medios de comunicación, el significado de los movimientos sociales o la complejidad de las organizaciones políticas. Para esta ocasión se han detenido en distintas instituciones que constituían los centros del poder oficial, o al menos buena parte del mismo.
