«Indeseables». Anarquistas y comunistas españoles en los campos de concentración argelinos

Argelia se convirtió en la tierra de promisión para los anarquistas y comunistas españoles que intentaban huir a la desesperada desde los puertos del sureste cuando la guerra civil llegaba a su fin. Sin embargo no fue la libertad lo que encontraron al otro lado del mar. Recibidos con desconfianza, a medida que Europa se precipitaba hacia la guerra fueron percibidos como un peligro por las autoridades francesas. Acogidos primero en centros de refugiados, acabaron en su mayoría confinados en campos de concentración. La derrota francesa y la subida al poder de Pétain empeoraron la ya de por sí dramática situación de los refugiados españoles. Tachados de «indeseables» por el nuevo régimen, fueron encuadrados en los batallones de trabajo forzoso y muchos de ellos destinados a la construcción del ferrocarril transahariano, en condiciones inhumanas.