En estas páginas, el autor reflexiona acerca de las interpretaciones planteadas en torno al proceso de transición a la democracia vivido en España tras la muerte del general Franco. Tras efectuar un breve repaso sobre las principales aportaciones desarrolladas a lo largo de las últimas décadas, tanto de politólogos, sociólogos, economistas, periodistas…, se centra en la labor llevada a cabo por los historiadores. En este sentido, indica los avances logrados por estos últimos para destacar el rol ejercido por la conflictividad social y la acción de colectivos como obreros, estudiantes, profesores, asociaciones vecinales, los sectores críticos de la Iglesia Católica, las incipientes organizaciones feministas…, primero para desgastar al franquismo y, posteriormente, para evitar una democracia limitada. También se ha abordado el papel de las relaciones internacionales y la influencias de otros países en el proceso español.Rafael Quirosa también se ocupa críticamente de las posiciones surgidas en los últimos años por las que la Transición es descalificada por determinados sectores de la vida pública, atribuyéndole incluso buena parte de los males que aquejan a la sociedad española actual y considerando que el sistema político establecido con la Constitución fue una mera adaptación del franquismo para la supervivencia de los intereses de sus defensores.
Finalmente, el texto subraya cómo en el ámbito de las investigaciones llevadas a cabo por los historiadores a la hora de explicar la Transición, ha predominado el protagonismo ejercido por las reivindicaciones planteadas en las zonas industriales, frente a las rurales, y las actividades a favor de la democracia desarrolladas en las ciudades, con menor atención a lo acontecido en los núcleos de menor población, defendiendo la necesidad de abordar los estudios desde este ámbito.
