Este texto quiere analizar, a través de un caso concreto, el proceso de liquidación de la guerrilla antifranquista tras el final de la II guerra mundial. El autor estudia detalladamente el intento de marchar al exilio protagonizado en junio de 1947 por la partida liderada por Juan Nieto Martínez –la más importante de la provincia almeriense-, su fracaso y las represalias cometidas por la dictadura franquista contra los implicados y sus familiares.
Así, tras tener un enfrentamiento con agentes de la Guardia Civil en la barriada de La Cañada, con varios fallecidos de ambos bandos, los guerrilleros precipitaron su viaje, pero el barco adquirido se averió y tuvieron que regresar a puerto. Escondidos en unas casas de la calle Murcia de la capital, fueron localizados y en un nuevo tiroteo murieron tres antifranquistas y un teniente de la Guardia Civil.
En una época en la que los encuentros entre guerrilleros y fuerzas del orden público solían terminar sin detenidos y con los opositores muertos, varios miembros de la familia González Beltrán -que ya habían perdido a dos de sus miembros en la lucha armada-, junto al único detenido en la redada, algunas semanas después sufrieron la denominada “ley de fugas” tras su detención.
Para este trabajo, el autor ha utilizado fuentes diversas: procedimientos del Archivo del Juzgado Togado Territorial número 23, documentación del Gobierno Civil y de la Dirección General de la Guardia Civil, prensa de la época y entrevistas orales con algunos familiares.
Así, tras tener un enfrentamiento con agentes de la Guardia Civil en la barriada de La Cañada, con varios fallecidos de ambos bandos, los guerrilleros precipitaron su viaje, pero el barco adquirido se averió y tuvieron que regresar a puerto. Escondidos en unas casas de la calle Murcia de la capital, fueron localizados y en un nuevo tiroteo murieron tres antifranquistas y un teniente de la Guardia Civil.
En una época en la que los encuentros entre guerrilleros y fuerzas del orden público solían terminar sin detenidos y con los opositores muertos, varios miembros de la familia González Beltrán -que ya habían perdido a dos de sus miembros en la lucha armada-, junto al único detenido en la redada, algunas semanas después sufrieron la denominada “ley de fugas” tras su detención.
Para este trabajo, el autor ha utilizado fuentes diversas: procedimientos del Archivo del Juzgado Togado Territorial número 23, documentación del Gobierno Civil y de la Dirección General de la Guardia Civil, prensa de la época y entrevistas orales con algunos familiares.