
Vigiladas de cerca por el régimen, primero, y objeto de recelo por los integrantes del sistema político, después, los representantes de las asociaciones de vecinos buscaron la forma de trasladar sus demandas al resto de los ciudadanos, aprovechando los medios que tenían a mano. Uno de esos medios fue la prensa escrita. Durante la Transición estuvo sujeta en Almería a las directrices del régimen (a través de la cadena de Medios de Comunicación Social del Estado, como La Voz de Almería) o a las de la Iglesia Católica (propietaria de Ideal), librándose de este etiquetado propuestas innovadoras como Almería Semanal. En todos los medios hubo periodistas que dieron protagonismo, en la medida de sus limitaciones, a las peticiones vecinales. Además, las asociaciones vecinales utilizaron otras formas de comunicar sus reivindicaciones (mediante la difusión de boletines informativos, panfletos y hojas sueltas), o idearon otras como la reivindicación a través de los programas que se elaboraban con motivos de las fiestas en las barriadas.