Lo que conocemos como Reforma militar, se trató en su conjunto de una serie de decretos que fueron publicados principalmente entre los meses de abril y septiembre de 1931; y que fueron refundidos posteriormente en los que se conoció como Ley Azaña. La Reforma de Azaña no siguió lo que sería el procedimiento habitual, no se apoyó en los órganos administrativos del Ejército (Estado Mayor y Subsecretaria) para consensuar y planificar la reforma. Para realizarla, creó ex profeso un gabinete militar compuesto por militares politizados y elegidos por su ideología. El comandante Juan Hernández Saravia fue el encargado de dirigir este gabinete. Este organismo fue tan mal visto por el resto del Ejército, que era conocido como “gabinete negro”.
Los cambios afectaron cómo es lógico pensar a todas las provincias con dependencias o guarniciones militares. Almería fue una de las provincias que más sufrió los cambios, siendo una de las principales consecuencias la pérdida de categoría militar de la misma. Almería cambió de Región militar, y perdió todas las unidades militares existentes en la provincia, además de otros organismos de la administración militar como Zona de Reclutamiento y Cajas de Recluta. Almería, quedaba de esta manera como una de las pocas provincias españolas sin guarnición. Una prueba reseñable de la perdida de categoría militar por parte de la provincia es que pasó el Gobierno militar de estar encabezado por un general de brigada a un comandante. El gobierno militar, desaparece sustituido por una Comandancia Militar. El gobierno militar de la provincia, había estado siempre a cargo de un coronel, hasta que la presencia del regimiento La Corona y ser sede por tanto de la 2ª Brigada de Infantería de la 6ª División, hicieron al cargo recaer en un general. Este cargo seria ocupado meses después por un teniente coronel, cuando una nueva unidad vino a Almería. Tiempo después sería destinada a la ciudad como nueva guarnición un Batallón de infantería del Regimiento nº 17, que sería utilizado meses después como base para la creación de una nueva unidad. Se trataba del Batallón de Ametralladoras nº 3. Esta será la unidad presente en la ciudad cuando comienza la Guerra Civil.
Los cambios afectaron cómo es lógico pensar a todas las provincias con dependencias o guarniciones militares. Almería fue una de las provincias que más sufrió los cambios, siendo una de las principales consecuencias la pérdida de categoría militar de la misma. Almería cambió de Región militar, y perdió todas las unidades militares existentes en la provincia, además de otros organismos de la administración militar como Zona de Reclutamiento y Cajas de Recluta. Almería, quedaba de esta manera como una de las pocas provincias españolas sin guarnición. Una prueba reseñable de la perdida de categoría militar por parte de la provincia es que pasó el Gobierno militar de estar encabezado por un general de brigada a un comandante. El gobierno militar, desaparece sustituido por una Comandancia Militar. El gobierno militar de la provincia, había estado siempre a cargo de un coronel, hasta que la presencia del regimiento La Corona y ser sede por tanto de la 2ª Brigada de Infantería de la 6ª División, hicieron al cargo recaer en un general. Este cargo seria ocupado meses después por un teniente coronel, cuando una nueva unidad vino a Almería. Tiempo después sería destinada a la ciudad como nueva guarnición un Batallón de infantería del Regimiento nº 17, que sería utilizado meses después como base para la creación de una nueva unidad. Se trataba del Batallón de Ametralladoras nº 3. Esta será la unidad presente en la ciudad cuando comienza la Guerra Civil.