La Asociación de vecinos Artés de Arcos, tomó el nombre de la calle principal del barrio. Esta calle fue dedicada al empresario José Artés de Arcos (1893-1985), propietario de numerosas fábricas instaladas en Barcelona, Madrid, Martos (Jaén) y Almería, que surtían componentes para el automóvil. Esta asociación nació a consecuencia de las características de la zona, ya que el barrio era “un conglomerado humano con muchos problemas”. La zona era un reflejo de la dinámica urbana desarrollada durante todo el periodo que transcurrió entre la aprobación del 1º Plan General Urbano y el que le siguió de 1973; estos planes estuvieron caracterizados por el escaso cumplimiento que se hizo de la normativa legal, tanto de las ordenanzas, como de la Ley del Suelo, lo cual se pudo comprobar en los proyectos de reforma, en los de expansión e incluso en el mismo proceso constructivo.
En relación a las características sociales de la zona de “Artés de Arcos”, estaba habitada por gente, en su mayoría, de clase media. No era propiamente un barrio obrero y se notaba claramente en la falta de cohesión cuando se trataba de tomar partido en algún movimiento reivindicativo o simplemente se discutían problemas comunes. La Asociación tenía un doble fin: conseguir una mejora en los servicios básicos de habitabilidad a través de la presión a la Administración, y por otro lado fomentar la cohesión, solidaridad y comunicación de todos los que vivían en la misma comunidad, promoviendo los lazos de vecindad y colaboración. Se trataba de implicar a todos los ciudadanos en buscar soluciones para los problemas comunes y crear una conciencia colectiva, donde cada uno conociera su función.
La Asociación “Artés de Arcos” tuvo una vida efímera, pero muy activa, ya que se esforzó en afrontar los desafíos del nuevo sistema democrático, pero en su época de funcionamiento, sus componentes fueron capaces de construir identidades de barrio, llegando a ser un “actor social definido”. Su postura crítica con la falta de equipamientos y urbanización de su barrio y con la ausencia de democratización en los ayuntamientos, les hizo protagonizar episodios de protesta, pero también de formulación de alternativas que, en sus aproximadamente dos años de actuación, se sucedieron con fuerza, ilusión y ganas por parte de sus miembros, que buscaban sobre todo “espacios de construcción de ciudadanía”.
Sobre esta Asociación, véase el enlace siguiente: