Familias migrantes con niños con necesidades educativas especiales en Noruega: cuando la confianza va más allá de las creencias

La migración es un desafío global, ya que las familias cambian en todo el mundo los lugares para vivir, y su integración es un asunto político y social (Bonjour y Kraler, 2015). En Noruega, el 18% de la población total tiene antecesores inmigrantes, ya sean ellos inmigrantes o hijos nacidos en Noruega de padres inmigrantes (Statistic Norway, 2019). La población inmigrante que vive en la sociedad noruega varía enormemente en términos de capital educativo, cultural y económico. Algunas familias migran a Noruega como resultado de su vida profesional, el hecho de ser profesionales altamente calificados y provenientes de países en los que Noruega tiene acuerdos facilitan el proceso para estas familias que obtienen rápidamente un visado y acuerdos de trabajo que ofrecen acceso directo al estado de bienestar noruego (Aragones y Salgado, 2016; Vaughn et al, 2020). Hay grupos específicos de minorías que cuando se establecieron en el país están experimentando condiciones de vida desiguales (Slettebak, 2021). En Noruega, las familias que llegan por trabajo comprenden el grupo más grande de inmigrantes (Statistics Noruega, 2021); contrastando con que, en números totales, en suma, de inmigrantes totales el 68,9 % de estos están empleados y todavía están sobrerrepresentados en puestos de empleo temporales y de bajos ingresos (Banco Mundial, 2020). Los investigadores destacan la gravedad de las condiciones de vida de las familias con antecedentes de refugiados en el contexto noruego, particularmente durante la pandemia COVID cuando esta población se vio fuertemente afectada (Arora, 2022). Estos estudios señalaron cómo el sistema de bienestar noruego no se comunica de manera efectiva con las familias con el estatus de refugiados. Los académicos han documentado cuestiones como experimentar el miedo a las instituciones de bienestar tales servicios sociales por parte de familias de diversidad étnica (Fylkesnes et al., 2015; Ljones et al., 2019) o también por ser estereotipados como ”familias deficientes” (Fylkesnes et al., 2018). Aún así, existe una gran falta de información sobre las experiencias de calidad de vida de las familias con un estatus de inmigrantes altamente calificado.

En este año, se ha introducido un plan de política macroestructural en el sistema educativo noruego con el objetivo de la intervención temprana y la educación inclusiva (Gobierno noruego, 2022a), cada niño identificado con SEN tiene relaciones con diferentes profesionales para desarrollar un plan individual (Hesjedal et al, 2015). Las familias experimentan este proceso como un viaje único, con sus fortalezas y resistencia, y pueden verse diferentes dependiendo de dónde, cómo y cuándo los profesionales los interactúen y los apoyen (Place et al, 2002). Con todo esto en mente, nos hemos centrado en explorar las experiencias de las familias de migrantes altamente calificados recién llegados con niños con discapacidades y problemas relacionados con la salud dentro del sistema educativo.

Esta investigación se basa en las experiencias de 10 familias recién llegadas a Noruega con niños menores de 10 años con discapacidades o enfermedades crónicas. Cada familia participó en entrevistas narrativas de dos horas de extensión, dándole cabida a la reflexión sobre sus experiencias personales con el sistema estatal de bienestar. Utilizando enfoques teóricos críticos, las familias convergen en definir un sistema complejo e inaccesible que no ofrece la intervención temprana que esperaban para sus hijos. Hemos utilizado un enfoque cualitativo para estudiar a las familias utilizando una guía de entrevista semiestructurada. Este método se elige debido a los resultados beneficiosos obtenidos en investigaciones anteriores con el mismo grupo de participantes (Arfa et al., 2020).

Un proceso descrito como el encuentro que desafía enfrentar sus valores de confianza en el país anfitrión, un sistema nórdico y sus instituciones mundialmente reconocidas como igualitarias, y por lo tanto el “uno que habían elegido” y su constante lucha interna por aceptar la falta de servicios, particularmente cuando aceptan que su papel en el cuidado de sus hijos está siendo infravalorado. Las familias destacaron una clara falta de apoyo y, específicamente en la comunicación con los profesionales que trabajan externamente con sus hijos, una larga lista de espera para un diagnóstico y una ausencia de servicios con conocimiento profesional. Severa falta de competencias de comunicación alternativa, que conducen en la mayoría de los casos a los niños que se vuelven socialmente aislados en sus instituciones educativas y dentro de su contexto familiar nuclear.

Migraciones internacionales y sostenibilidad social

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