La necesidad de acabar con las ideas erróneas que aún existen en la sociedad actual sobre el concepto de Formación Profesional hace de vital importancia que se conozcan las distintas definiciones que diversos autores han hecho respecto a ella. Para que pueda entenderse lo que supusieron a nivel global las enseñanzas de Formación Profesional es necesario hablar de las dos leyes principales sobre ella aprobadas en España en el s. XX, la Ley de Formación Profesional Industrial de 1955 y la Ley General de Educación de 1970.
La Ley F.P.I. quedó establecida como la primera pieza de esta materia que se establecería en España. Su razón de ser estriba fundamentalmente en los cambios y avances que se produjeron en la industria española durante los años 50. Si bien es cierto, que, aunque la F.P.I. sentó las bases de la Formación Profesional, fue la L.G.E. de 1970 la que introdujo variaciones esenciales en la forma de entenderla, como fueron el concepto novedoso y rompedor de educación permanente y el de escuelas de adultos en España. Aunque los resultados no fueron los esperados debido, entre otras causas, a la falta de motivación de los ejecutores, se posibilitó un camino distinto a aquellos que discernían de la educación teórica tradicional. En el ámbito social y económico, son muchos los autores que estudian la F.P. como la respuesta a los problemas de desempleo y desescolarización de los años 60 y 70. Por eso es necesario establecer las conexiones entre la Formación Profesional y la sociedad del tardofranquismo, así como la incidencia entre las enseñanzas recibidas y la posterior consecución de empleo.