El golpe de Casado impidió cualquier posibilidad de proceder a una evacuación ordenada de la zona republicana al final de la Guerra Civil. La flota ‘leal’ huyó a Bizerta y, mientras el cerco franquista se iba cerrando sobre los últimos territorios de la España republicana, las fuerzas del Frente Popular se desangraron en una última lucha fratricida que facilitó el avance de las tropas nacionalistas y la victoria final de Franco. Durante los últimos días del mes de marzo, conseguir una embarcación para huir a Argelia se convirtió en una obsesión para los republicanos del sureste español, conscientes de que no podían esperar ningún tipo de piedad del bando vencedor. Una miríada de pequeñas embarcaciones salió desde las costas de Valencia, Alicante, Murcia y Almería con destino al Oranesado. Los que, siguiendo las instrucciones de la Junta casadista, intentaron escapar por el puerto de Alicante, fueron apresados el primero de abril por el ejército franquista. Los que consiguieron alcanzar la costa argelina supieron pronto que sus penalidades no habían hecho más que comenzar.
El laberinto de arena. El exilio republicano español en el norte de África
Desde la capital de la República. Nuevas perspectivas y estudios sobre la Guerra Civil española
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