
La radio nació como medio para narrar en directo los acontecimientos sin embargo, la inmediatez es algo que ya está al alcance de todos. Las nuevas tecnologías y conexiones de datos nos permiten tanto recibir como generar información a través de redes sociales, blogs o plataformas digitales. Publicar textos, videos y fotografías ya no es materia exclusiva de los profesionales, cada individuo ejerce de ‘periodista’ al ser el emisor de un mensaje por un canal (ordenador o smartphone) que llega a un receptor en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento. Estos nuevos soportes no deben ser hostiles a la radio sino un complemento y herramienta útil en su labor de informar, formar y entretener, tres premisas que siguen siendo válidas aunque ha cambiado la manera de desarrollarlas.
Los trabajadores hemos tenido que re-educarnos para aprender que la radio en Internet es mucho más que sonido, tiene un lenguaje propio y contextualizado con imágenes y texto. La emisión tradicional se enriquece en la red donde se encuentran dos tipos de radio; por un lado, la convencional basada únicamente en la reproducción de una programación continuada en el ordenador, incluso sin necesidad de contar con un espacio en el espectro radiofónico. Y por otra parte, encontramos la radio adaptada y diseñada a la red, con texto e imagen complementaria.
Internet ha cambiado la clasificación de los Mass Media de radio, televisión, prensa y cine, pero no se ha establecido aún una nueva y adaptada tipificación que englobe a las tecnologías digitales y por ello hemos extrapolado a la red de manera cómoda el concepto de periódico o radio digital. La irrupción de la tecnología 2.0 en los medios ha generado una evolución que está en proceso y que requiere una redefinición del lenguaje periodístico, con estilos y géneros que están por precisar.