Las ideas anarquistas se difundieron por la comarca del Poniente almeriense durante la década de los setenta del siglo XIX. Duramente reprimidas por los gobiernos de la Restauración, las organizaciones libertarias llevaron una existencia precaria hasta comienzos del siglo XX. La dictadura de Primo de Rivera supuso un nuevo periodo de graves dificultades y clandestinidad para las organizaciones libertarias, que no volverían a resurgir con fuerza hasta la proclamación de la Segunda República, régimen que fue acogido con desconfianza por los anarquistas aunque el periodo republicano supuso la legalización y un enorme crecimiento de las organizaciones sindicales de signo revolucionario.
Los anarcosindicalistas se disputaron la influencia sobre el proletariado almeriense con comunistas y socialistas pero fue el golpe militar de 1936 lo que llevó a un crecimiento exponencial de su militancia que se hizo con el control de una pequeña parte de los comités revolucionarios primero y de las corporaciones municipales después. Con unos 20.000 afiliados y más de cien sindicatos organizados en la provincia, los libertarios entraron en las instituciones y pusieron en marcha una serie de colectivizaciones.
El final de la guerra supuso la desaparición del movimiento libertario organizado. Sus dirigentes fueron fusilados, encarcelados o tuvieron que marchar al exilio en Argelia, donde acabaron en campos de concentración durante el régimen de Vichy. Tras los años de represión y clandestinidad de la dictadura franquista, habrá que esperar a la Transición para que la CNT vuelva a organizarse en Almería.
La obra incluye más de 400 microbiografías de los principales anarquistas almerienses.