La importancia de las movilizaciones sociales en el proceso de transición a la democracia en España es un pilar indiscutible dentro de la historiografía histórica en la que ha sido enmarcado. El ámbito de la educación no fue la excepción extendiendo su radio de acción a todos los estamentos sociales vinculados en él; desde los políticos y ministros de educación, pasando por estudiantes y docentes de todos los niveles. La educación se enmarca, por tanto, como un factor muy a tener en cuenta en lo referido al cambio de un sistema dictatorial al régimen de libertades que se instauró en España tras la muerte de Franco.
Sin embargo, es erróneo pensar que la democracia en el contexto educativo, vino impuesta por las normativas de educación. Al igual que ocurrió a nivel político o institucional, entendiendo como ello también a las asociaciones vecinos, la Transición se hizo en los pueblos, tomando como referencia las acciones de los docentes, de sindicatos, referidos al doble rol, de profesionales de la educación y estudiantes. Asimismo, para romper con el rol del profesor franquista, comenzaron a utilizarse distintos requisitos para la profesión que aseguraban, o al menos esa era la intención, la creación de un sistema educativo libre y democrático.