En los últimos años se ha propagado en las redes sociales un discurso profranquista que rescata los mismos alegatos de la propaganda de la dictadura, para blanquear un gobierno del que se apunta que “también tuvo sus cosas buenas”. La mayoría de estos “aspectos positivos” hacen referencia a las políticas sociales del régimen y pretenden rebatir la suposición que durante la dictadura no hubo actuaciones sociales. Lo cierto es, que nadie niega que durante la dictadura se llevasen a cabo políticas de carácter social, aunque también es una evidencia el relativo alcance de estas y su discutible intención. Desde el ámbito historiográfico estamos obligados a difundir los conocimientos científicamente contrastados y seguir ahondando en el conocimiento de nuestro Estado de Bienestar, sus orígenes y su desarrollo, para poder sopesar sus carencias. En ese sentido, la historia local juega un papel fundamental, ya que nos permite hacer una aproximación detallada a los verdaderos efectos de las acciones sociales.
