El nombre de Miguel Naveros Pardo está íntimamente vinculado con el mundo de las letras y con la defensa de la libertad. Fundamental para ello fue la influencia de su padre, José Miguel Naveros Burgos, un republicano radical de izquierdas que sufrió la represión franquista al término de la guerra civil y que trabajó como escritor y periodista, marcando de manera decisiva la vida de su hijo.
Así, con una concepción de la participación política como un hecho cívico, el pequeño de los Naveros ingresó siendo muy joven y todavía en la clandestinidad en el Partido Comunista de los Pueblos de España, en el que desempeñó importantes tareas de enlace con los países del Este. Tras su escisión, a mediados de los 80, se afilió al PSOE.
Además, destacó por su perfil como humanista. Su profunda relación con la literatura, en la que se ha adentrado con notable acierto como novelista y poeta, queda resumida en las siguientes palabras: “No sé pensar sin estar escribiendo, veo la vida como una ficción”. Curiosamente, sin embargo, su dedicación profesional estuvo durante muchos años ligada al periodismo, del que reivindicó en diversas ocasiones su función de informar a través de un claro compromiso con la realidad. Ex subdirector de La Voz de Almería, el periódico de referencia de la provincia almeriense, poco antes de fallecer fue condecorado con la insignia de Andalucía en reconocimiento a su labor literaria y periodística y por su contribución al enriquecimiento del panorama cultural andaluz.
La presente comunicación se plantea a modo de homenaje personal desde una perspectiva de profunda y sincera admiración. En ella se pretende realizar un recorrido por su biografía, prestando atención a los factores familiares, históricos e ideológicos que perfilaron su personalidad como intelectual.