Este capítulo se centra en el nacimiento de dicho término municipal como un proceso conflictivo y atípico desarrollado en la historia reciente del Poniente almeriense, entre 1979 y 1983, que llegó a enfrentar a familias y a provocar divisiones internas en algunos partidos políticos. Un proceso que, por otra parte, no podría haberse llevado a cabo sin la llegada de la democracia, tras la muerte del general Franco, y en el marco de derechos y libertades que trajo la aprobación de la Constitución de 1978. Según la autora, los movimientos sociales y vecinales en el ámbito rural fueron la clave en la construcción de la identidad colectiva, es decir, de un deseo y una afirmación como pueblo. Estas asociaciones gestionaron la vida municipal e impulsaron los cambios administrativos, llegando a darse el caso de que sus líderes dieron al salto a la política activa difuminando la delgada línea entre las reivindicaciones sociales y políticas que, finalmente, confluyeron en el interés común de separar ambos municipios, Dalías y El Ejido, cada uno con su propio Ayuntamiento
