Este capítulo tiene como objetivo fundamental llevar a cabo un acercamiento a la realidad de las corporaciones constituidas en la primavera de 1979, tras la celebración de los primeros comicios locales libres tras la Segunda República, con objeto de profundizar en el proceso de democratización a nivel municipal. Así, tomando como ejemplo la provincia de Almería, se analiza la configuración de los consistorios surgidos de las urnas en la jornada del 3 de abril, con especial interés en las coaliciones postelectorales suscritas por las fuerzas progresistas para acceder a los sillones presidenciales de los ayuntamientos. A través de estos pactos –establecidos de manera general por socialistas y comunistas y a los que se adhirieron los ediles de otras candidaturas, como andalucistas e independientes–, los grupos de la izquierda consiguieron el gobierno de los principales núcleos de población, incluida la capital, lo que les sirvió para ganar protagonismo e influencia en la sociedad, si bien se mantuvo un indudable predominio de las opciones conservadoras en los pueblos del interior, confirmándose de este modo la dicotomía entre las zonas rurales y las urbanas en las preferencias ideológicas de los votantes. Asimismo, en el texto se realiza una aproximación a la gestión y las políticas puestas en marcha por los nuevos alcaldes y concejales para determinar hasta qué punto influyeron en el proceso de extensión del recién nacido sistema de derechos y libertades.
