Desde hace algunos años, los autores de este texto compartimos el compromiso de trabajar para contribuir a un mejor conocimiento del proceso histórico que permitió que España pasara de una dictadura surgida en una guerra civil a una democracia parlamentaria de corte occidental. En este propósito, enriquecido con las sucesivas aportaciones de investigadores y grupos establecidos en otras universidades españolas y extranjeras, nos ha guiado la inquietud intelectual de acercar nuestras hipótesis iniciales, y las experiencias propias, a los resultados de los proyectos de investigación, debates en congresos, tesis doctorales defendidas, libros publicados, artículos de revistas especializadas y un largo etcétera de resultados producidos en los últimos tres lustros.
No deja de resultar ciertamente paradójico que en la opinión pública, y en el debate social, se pueda estar retornando a una interpretación generalizada de que la Transición fue una decisión exclusivamente de las elites. Una conclusión a la que, curiosamente, se está llegando desde dos posiciones ideológicas totalmente opuestas, reiterando así, a nuestro juicio, una explicación insuficiente.Y cuando decíamos unas líneas más arriba que no dejaba de ser paradójico lo sucedido con las interpretaciones sobre la Transición, estábamos haciendo referencia a lo que algunos políticos de los sectores llamados emergentes están difundiendo en la actualidad y empieza a extenderse de forma alarmante desde nuestra perspectiva. Porque, cuando las investigaciones de los historiadores estaban equilibrando el protagonismo en la democratización y empezaban a demostrar que aquello no fue sólo cosas de las élites, mucho menos de las procedentes de la dictadura, han surgido voces negando la mayor y afirmando que todo fue una imposición de los franquistas, acusando, incluso, a los representantes de la oposición de una concesión excesiva, una “bajada de pantalones” en términos coloquiales, cuando no una traición a los principios y valores que habían estado defendiendo en su lucha con el régimen encabezado por el general Franco. Y para avalar esas posiciones, se utiliza toda una serie de supuestos defectos del sistema democrático vigente o, haciendo un uso perverso de la cronología, los efectos de la todavía vigente crisis económica y social, o los lamentables casos de corrupción que inundan nuestra realidad.
En este capítulo, partiendo del relato de la experiencia de nuestro grupo de investigación, hemos recogido algunas reflexiones planteadas con anterioridad, adaptándolas en su redacción para dar coherencia a una forma de interpretar la Transición desde una mirada de historiadores de la España contemporánea. A pesar de que algunas de esas primeras versiones fueron publicadas hace casi una década, consideramos que el tiempo ha sido benévolo con su contenido y son plenamente vigentes en la actualidad.
La transición a la democracia en España. Reflexiones historiográficas
De la rebelión al abrazo. La cultura y la memoria histórica entre 1960 y 1978
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