Las actuaciones sociales de los primeros ayuntamientos democráticos rumanos

A finales de la década de los ochenta, las limitaciones de calefacción, de alumbrado y el racionamiento de comida era el día a día de la población rumana. Todo ello tuvo un peso fundamental en que la mayoría de la población apoyara a los estudiantes en diciembre de 1989. Tras la caída del Partido Comunista Rumano, rápidamente surgió el Frente de Salvación Nacional, que se hizo con el control de todos los niveles de la administración aprovechando las estructuras de la dictadura. Tanto a nivel nacional como local, el Frente intentó adoptar una serie de medidas para que pareciera que la situación estaba mejorando tras la ejecución del matrimonio Ceaucescu. Dicha actuación fue denominada por la oposición que optaba por un modelo democrático de corte occidental para Rumanía como un “soborno electoral”. En realidad, rápidamente se vio que los problemas no se habían solucionado con la eliminación del dictador. Aunque las primeras elecciones libres tuvieron lugar en mayo de 1990, en Rumanía sucedió una anomalía similar a la de España. Aunque el poder general había sido elegido de manera democrática por la población, las instituciones más cercadas a los ciudadanos, los ayuntamientos, seguían formados por aquellas personas que habían sido nombradas tras los sucesos revolucionarios. Hubo que esperar hasta febrero de 1992 para que tuvieran lugar los primeros comicios locales. Por ello, el objetivo de nuestro trabajo es ver si los problemas anteriores a la Revolución de 1989 seguían presentes en 1992, cuáles fueron los ámbitos sociales en los que los candidatos señalaron que iban a actuar durante la campaña electoral y finalmente qué actuaciones de índole social tomaron las nuevas corporaciones después de las elecciones locales.