Durante la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, el régimen franquista -al amparo de las representaciones diplomáticas estatales- creó numerosas Delegaciones y Oficinas de Prensa y Propaganda en el exterior, que buscaban influir política y culturalmente en aquellos países donde estaban ubicadas. Además, se pretendía combatir toda propaganda que el gobierno republicano impulsaba por Europa y América. Tras la finalización de la Guerra Civil, a las tareas de legitimación e información le siguió como prioridad una intensa campaña de prestigio de España en el extranjero. Para alcanzar tal meta se utilizarían las Delegaciones de Prensa y Propaganda junto a las Embajadas, Consulados y Legaciones, que a través de la celebración de actos públicos, edición de diarios y revistas, publicación de escritos en medios informativos internacionales, etc., deberían contribuir a mostrar ante el mundo las cualidades y valores que regían a la Nueva España. Además, durante el tiempo de la Segunda Guerra Mundial, la Península Ibérica se convirtió en un escenario de primer orden en el que las potencias beligerantes (Aliados y países del Eje) desarrollaron una intensa guerra de propagandas. Todos estos temas son analizados en dicha investigación.
Los Servicios de Prensa Extranjera en el primer franquismo (1936-1945)
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