Tras destacar la necesidad de ajustar el enfoque sobre el proceso democratizador, incorporando nuevas perspectivas y un más amplio protagonismo social, Rafael Quirosa destaca en este artículo el papel desempeñado por las corporaciones locales. Así, parte de la contradicción existente en la etapa comprendida entre 1977, con unas Cortes elegidas ya democráticamente tras los comicios del 15 de junio, y 1979, con unos ayuntamientos constituidos según la legislación franquistas, carentes de toda legitimidad y con graves problemas de funcionamiento.
El texto se centra en las elecciones locales celebradas el 3 de abril de 1979, apuntando las razones que explican su demora, los rasgos que caracterizaron su convocatoria y los resultados logrados por las principales fuerzas políticas. Pero, sobre todo, analiza el proceso de constitución de las nuevas corporaciones y resalta las principales características que definieron la experiencia de los ayuntamientos que desempeñaron su actividad en el período 1979-1983.
