Cuando pensamos en elecciones municipales, tendemos a imaginarnos la confrontación política en un marco urbano. Sin embargo, España es un país que cuenta con más de 8.000 municipios, donde la mayoría de ellos son eminentemente rurales. Realidad aún más acusada en 1979. El mundo rural, cuenta con sus propias peculiaridades, donde los aspectos personales, filias y rencillas, están mucho más presentes que en el ámbito urbano, creando en ocasiones una dinámica política propia.
Las primeras elecciones municipales democráticas tras la muerte de Franco quedaron fijadas para el mes de abril de 1979. Para aquel entonces la gran mayoría de partidos políticos tenían a estas alturas constituidas sus organizaciones y cuadros en la gran mayoría de provincias.
En 1979 Roquetas de Mar era una localidad mediana, de poco más de 16.000 vecinos, que comenzaba a experimentar un notable desarrollo iniciado a mediados de los años 60 gracias al turismo y sobre todo a la explotación agraria basada en los cultivos en invernaderos. Estos dos factores económicos, ya superaban a la industria pesquera y a la salinera (esta última vivía ya sus últimos compases) y marcarían el gran crecimiento que la localidad ha vivido en los últimos treinta años y que la llevado a convertirse en la segunda localidad almeriense en cuanto a número de población, tan solo por detrás de la capital provincial.
A la convocatoria electoral de 1979 en Roquetas de Mar se presentaron seis candidaturas electorales. Estas eran las de los grandes partidos nacionales, UCD, PSOE, PCE, CD y dos agrupaciones de electores independientes. La presencia de Agrupaciones de electores independientes de los partidos políticos al uso no fue una excepción para el municipio del poniente almeriense. En total 33 municipios almerienses presentaron candidaturas independientes. Todas ellas menos en tres localidades obtuvieron representación. El caso roquetero es una tanto especial porque se presentaron no una, sino dos candidaturas independientes y ambas obtuvieron representación. Las agrupaciones de electores independientes obtuvieron un notable éxito pues entre ambas sumaron un 25% de los sufragios emitidos.