La formación entendida de forma tradicional, como adquisición de conocimientos, es necesaria pero no es suficiente. Si bien antes primaba la posesión de conocimientos, hoy día esto no es suficiente. La formación debe ir enfocada al desarrollo de competencias y la simple asistencia a un curso no lo garantiza. Cuando se habla de competencias se habla de capacidades traducidas a comportamientos, ya que las competencias no son observables por sí mismas y hay que inferirlas a desempeños o acciones específicas.
El Servicio Sanitario Público de Salud no necesita celadores con conocimientos, necesita celadores competentes. No por mucho que una persona sepa o tenga títulos es más competente. Es competente cuando logra utilizar adecuadamente todos los recursos disponibles en una tarea determinada.
La Formación Continuada del personal celador y su entrenamiento:
- Mejora y actualiza sus competencias
- Reduce la ansiedad y el tiempo de adaptación al puesto de trabajo
- Disminuye la variabilidad en la atención prestada y contribuye a prestar una asistencia más segura al paciente
- Favorece la autonomía y el compromiso por la calidad y la excelencia en la atención
- Potencia la comunicación interna y propicia un clima laboral
En conclusión: La formación continuada del personal celador no es un fin en sí misma, es un medio para el desarrollo de sus competencias. Es un medio para el desarrollo de celadoras y celadores excelentes, que saben aplicar el conocimiento de una forma eficaz y eficiente manifestándolo en sus decisiones y comportamientos.
