Durante el Tardofranquismo y la Transición se desarrollaron multitud de movimientos relacionados con la liberación que se había sufrido durante los años de la dictadura franquista, siendo uno de estos movimientos el movimiento vecinal. Los vecinos formaron núcleos en sus barrios que pretendían mejorar las condiciones de vida heredadas, consideradas por muchos como anticuadas a la nueva realidad que se estaba viviendo en la España de la Transición. Ante esto, se organizaron y comenzaron a solicitar a los organismos pertinentes las mejoras que creían necesarias para los barrios en los que vivían.
Los vecinos, conocedores de la nueva situación que les rodeaba, se organizaron de una manera excelente en la mayoría de los casos, conformando asambleas en las que desarrollaban los temas a tratar e informaban a los organismos de sus decisiones y peticiones, componiendo así un proceso complejo en cuanto al asociacionismo que se desarrolló en los años de la Transición, con una complejidad nunca antes vista. Esto supuso un avance en cuanto a los movimientos sociales, sirviendo de germen para el asociacionismo vecinal actual y sentando las bases de lo que hoy conocemos como barrios, con el consecuente desarrollo de las ciudades que este asociacionismo provocó.
En este sentido, se desarrolló la Asociación de Vecinos de Los Llanos, situada en Los Llanos de La Cañada (Almería), en un contexto en el que los vecinos de este barrio buscaban mejorar sus condiciones de vida para así tener un mejor día a día y proporcionar un buen futuro tanto a ellos mismos como a las generaciones por entonces venideras.