La cualidad de materia evanescente e inasible que enmarca a los acontecimientos sonoros parece tener en la expresión musical su manifestación paroxística. La controversia recurrente acerca de su capacidad para promover respuestas homogéneas en receptores de culturas dispares, a partir de una perspectiva universal de su apelación emocional, ha constreñido, en alguna medida, una orientación más caracterizada de sus usos comunicativos. A lo largo del presente artículo, intentaremos poner de relieve algunas de las aproximaciones teóricas que tratan la dimensión significativa de los objetos musicales. Aduciremos que, más allá de la posibilidad incierta de adscribirle a su expresión significados generalizables, hemos de prestar atención a su potencial comunicativo, a la fuerza empática que muestra su materia para inducir comportamientos que adquieren significación en su contextualización social.