Las Unidades de formación necesitan gestionar las expectativas e intereses de las personas participantes en las actividades de formación continuada para identificar las necesidades formativas. Tanto el docente como el coordinador de la actividad han de conocer las expectativas, no para responder a las exigencias del alumnado, sino para realizar, dentro de lo posible, una adaptación de la metodología docente previo al desarrollo de la actividad de formación continuada.
Por otra parte, la satisfacción del alumnado también es un punto de partida para la planificación de la formación continuada. La medida de la satisfacción es tanto de los discentes como de los docentes. Se utilizan herramientas para medir tanto las expectativas de los discentes, como la satisfacción de discentes y docentes.
La cumplimentación de las encuestas por parte de discentes y docentes, tanto de expectativas como de satisfacción, es fundamental para realizar una gestión adecuada de la información proporcionada por las mismas. Una escasa cumplimentación en relación con el número de cuestionarios enviados afectará negativamente a la toma de decisiones de docentes, coordinadores y unidades de formación.