Este trabajo de investigación ha abordado el conflicto por la posesión de la tierra entre un gran latifundista y sus arrendatarios en Balerma (El Ejido) durante los últimos años de la década de los setenta. Este conflicto no solo fue notorio en toda la provincia, sino que también resultó singular debido a que la disputa por la propiedad de la tierra tuvo lugar en una región predominantemente minifundista como el Poniente almeriense, donde además se llevaba a cabo una intervención estatal.
La necesidad de los agricultores de obtener la propiedad de la tierra era de vital importancia para acceder a la financiación bancaria y así poder construir invernaderos modernos. Por otro lado, las grandes propiedades en la costa optaron por impulsar el desarrollo del sector turístico en lugar de enfocarse en la agricultura, lo que llevó a la creación de urbanizaciones a lo largo de la costa.
En este contexto, el conflicto entre los arrendatarios y los grandes propietarios se hizo evidente desde 1975, pero se intensificó especialmente en 1979, cuando el párroco del pueblo y los arrendatarios iniciaron una huelga de hambre para presionar a las instituciones y lograr que las tierras fueran adquiridas por los agricultores.