La guerra moderna no es entendible si solo ponemos en valor la capacidad armamentística de cada uno de los ejércitos enfrentados. Con el desarrollo de los medios de comunicación, la información se convierte en un elemento indispensable para arremeter contra el enemigo. No hablamos únicamente del efecto persuasivo, desmoralizador… de la propaganda, sino de los testimonios de aquellos «profesionales de las palabras» que narraban los prodigios o desventuras que tenían lugar en el frente de combate. En una época donde el acceso a los datos estaba mucho más limitado que en la actualidad, las narraciones, imágenes, escritos que estos periodistas y corresponsales de guerra remitían a sus retaguardias, vanguardias o al mundo entero, se convertían en la única verdad para gran parte de la población. Con motivo del ochenta aniversario del bombardeo de Guernica (1937-2017), cuyos reales efectos y detalles nunca hubiesen podido ser reconstruidos y conocidos sin la labor, sufrida e indispensable, de los cronistas que los presenciaron, presentamos al lector una obra colectiva centrada en la vida, misiones y textos de los periodistas y corresponsales de guerra en el periodo comprendido entre el inicio de la guerra civil española y la segunda guerra mundial (1936-1945). A dicha tarea se han encomendado un nutrido y heterogéneo grupo de investigadores especializados en el ámbito de los medios de comunicación social, la historia militar y la historia cultural, que han buceado en archivos, hemerotecas y todo tipo de fuentes, para reconstruir la biografía de aquellos hombres y mujeres que fueron testigos de un periodo crucial en la historia de la humanidad.
Sus estilográficas, cámaras y voces fueron capaces de aportar una imagen tan nítida y real del horror como la de aquellos soldados que la sufrieron de primera mano. Sus crónicas fueron de tinta y sangre.