Los partidos no son los únicos actores de la escena política. Independientemente de ellos, o dependientemente según los casos, actúan otras organizaciones como sindicatos, corporaciones patronales, grupos religiosos, asociaciones ideológicas, entidades económicas,… que sin ostentar el poder de forma directa tienen su papel más o menos destacado, pero en todo caso influyente. Esa influencia no siempre se manifiesta de forma diáfana sino que, por el contrario, las posibles conexiones entre un partido y un determinado grupo de presión suelen estar encubiertas o, al menos, suelen ser difíciles de concretar. En este sentido, es fácil identificar la relación entre sindicatos obreros y Partido Socialista o entre las organizaciones patronales y la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). No lo es tanto analizar la relación entre republicanismo y masonería, máxime cuando en sus constituciones los masones tenían prohibidas las discusiones políticas: “Yo proscribo de mis reuniones todo debate político; sé para tu patria un servidor fiel y decidido; sin que necesites darme cuenta de esos actos. El amor a la patria se armoniza perfectamente con todas las virtudes”.
Con este trabajo se pretende reflexionar sobre la relación entre la institución masónica almeriense y el movimiento republicano, para demostrar la participación de la masonería en la dinámica política durante la II República y comprobar así cómo algunos de los personajes más importantes de la vida política almeriense fueron miembros de la Orden del Gran Arquitecto del Universo, y cómo destacados masones ingresaron en partidos políticos de determinado signo. En busca de la libertad, la fraternidad y la igualdad, los masones almerienses se dedicaron a la lucha política, pero ¿actuaron como masones o como políticos?