La génesis de la Teoría de la Comunicación parece estar atravesada por una serie de servidumbres que han ido en detrimento de una fundamentación epistemológica específica y bien delimitada de su objeto. Sin embargo, la controversia sobre su carácter interdisciplinar o la incardinación en el conjunto de las ciencias sociales parece haber remitido en buena medida en los últimos años. Delimitar su campo de actuación, a la vista de la diversidad de enfoques y puntos de vista empleados en el análisis de los fenómenos, sigue siendo una necesidad no satisfecha. La clarificación de los conceptos y la unificación de la terminología, a fin de crear un marco epistemológico propio, una obligación que las distintas aproximaciones no han podido cumplimentar.
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