En la comunicación, se pone de relieve la actitud y simpatías que en general tuvieron las mujeres católicas durante la guerra civil. El conflicto implicó para las militantes católicas “la asunción de nuevas responsabilidades sociales, la implicación en una actividad constante y un intenso sentimiento de protagonismo y de compromiso que esta movilización en el bando insurgente conllevaba”. Hubo una contradicción entre una visión tradicional del papel femenino y la necesaria y masiva movilización femenina por parte de los combatientes.
Las mujeres se implicaron sobre todo en tareas de tipo asistencial y sanitario. Un resultado inesperado de esta movilización femenina fue la relajacion de las normas de conducta exigidas a las mujeres. Esto suscitó un cierto miedo en medios católicos que llevó al reforzamiento de los códigos de conducta. Se esperaba que, acabado el conflicto, las mujeres volvieran al ámbito del hogar. Pero no fue así para todas. En 1937 se constituía por parte de la Acción Católica de la Mujer la Escuela de Formación Familiar y Social, con el propósito de que las mujeres colaboraran en la reconstrucción del país en tareas fuera del hogar.
En la comunicación se exponen los casos de cuatro mujeres destacadas: Lilí Álvarez, Carmen Villanueva, Pilar Bellosillo y Carmen García-Nieto.
La actuación de las mujeres católicas en la guerra civil española
Jornadas La Guerra Civil Española 80 años después. Las investigaciones en la provincia de Almería
Almería, 9 y 10 de noviembre de 2016
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