En este artículo se analiza el conflicto planteado en la retaguardia almeriense tras la llegada de los huidos procedentes de Málaga en febrero de 1937, una tragedia humana que provocó un enfrentamiento político. Y se hace con la hipótesis de que ese drama evidenció dos modelos de dirigir las instituciones en la zona republicana, en el contexto del debate guerra/revolución: el vivido en la capital malagueña desde el fracaso de la insurrección, y el que ya existía en Almería al finalizar 1936. Así, se considera que en la provincia almeriense se produjo un antecedente directo de los sucesos de mayo de Barcelona.